domingo, 20 de junio de 2010

Y como si se tratase de un sueño: despierto y desapareces.

Mira

¿Ves mi vena? ¿Ves como palpita la sangre en ella? ¿Cómo circula liquida mi vida? Observa la forma de inclinar mi cabeza a un lado, como la curvatura de mi ofrecimiento espera que tu boca homicida se pose en ella. Observa mis ojos cerrados, la resignación de mis parpados, mi bravura vencida, como mi respiración de bestia cansada mece mi carne… Mira mis manos posadas a un lado de mi cuerpo, mis manos guerreras empachadas de batalla, como han decidido rendirse ante la evidencia de la derrota… y ahí está… esperándote mi vena, conducto bendito de mi electricidad… como se estremece ante la idea de la perforación, como ansía tus labios cercando la huida de la magia que sostiene mi cuerpo, mi mente, mi alma… como desea el presente de la succión, aún sabiendo que este no es más, que el tránsito a un futuro de muerte.

De nuevo...

...flotando en el caldo cósmico de la vida, meciéndome en el vaivén despreocupado de la existencia sin conciencia, no cuestionando, sin juicios ni sentencias, simplemente siendo sin la necesidad de “ser”.