viernes, 5 de febrero de 2021

PRETENDO

Pretendo que todo está bien, que no duele el desprecio, que estoy por encima de la mirada ajena, del cuerpo ausente, del abrazo no dado. Pretendo que acepto los reveses de la vida como si fuera la jugadora más adaptable, que no hay tormenta que doblegue mi sonrisa, que de hecho el terremoto anima al baile de mis pies. Pretendo que puedo, que puedo con todo. 

Pero no.

No puedo con todo.

Me hieren como espinas la falta de amabilidad y apoyo, el egoísmo lacerante del orgullo. Me duele hasta el tuétano esta soledad que no entiendo, la distancia no buscada. Me lastima en lo más profundo el ensordecedor ruido de las palabras no pronunciadas. Y no, tampoco soy la mejor jugadora, la que dice con parsimonia “vaya, otro huracán que viene hacia aquí” y con presteza se pone a cerrar porticones y baja al sótano tarareando una canción. No, no soy así. Pero práctico lo aprendido, el disfraz que protege, la alegría fingida, la fortaleza aparente. 

Y entonces pretendo… que todo está bien.