Mal-mal

Mi padre dice que estoy mal-mal. Eso me ha inquietado profundamente por que yo ya sabía lo del primer mal pero no me había percatado del segundo. Mal-mal. Resulta que este blog no lo lee ni dios, pero casualmente el otro día hice una entrada desde el ordenador de mi padre y al quedar grabada la web en el historial, el accedió a ella por esas cosas de la vida.

Esta horrorizado.

Lo se por que ha añadido un segundo mal a su diagnóstico de siempre. Por ejemplo no le ha gustado la palabra "pistopollazo", una palabra que a mi me parece muy creativa y evocadora. Supongo que es complicado aceptar que una hija de tan tierna edad (31 añitos de na) piense en pollas y más que las relacione con pistolazos y carreras.

Por eso desde aquí quiero tranquilizarlo (ya que él es mi único lector) haciéndole saber que no se preocupe, que no estoy mal-mal, tal vez ligeramente descolocada en este mundo descolocante, pero que no tiene que cambiar su idea respecto a mi.

Papa:

Sigo siendo la de siempre, puedes restarle un "mal" a tu definición.